DICIEMBRE, 1989
José Ángel Epiayu llegó al Servicio de Escuela Dominical de la Iglesia Evangélica del Salvador y pidió hablar con el pastor, hermano Orlando Raga quien lo atendió al terminar las actividades. Le contó al pastor que su mamá estaba desahuciada con un cáncer terminal y deseaba que ella conociera al Señor y fuera salva.
Ese mismo día el pastor se presentó en el hogar de la señora Josefa Barliza junto a sus cinco hijos y predicó la Palabra e hicieron decisión de fe tanto la señora como dos de sus hijas. A partir de ese momento se comenzaron a realizar cultos periódicamente que luego se convirtieron en una Célula Evangelística.